Breve historia del macramé

¡Amamos el macramé! Tanto así que, francamente, no nos imaginamos nuestro hogar sin él. Es un arte tan hermoso -y terapéutico- que da vida a piezas tan singulares…

¿No sería interesante repasar sus orígenes y evolución? Acompáñame en este viaje.

Se cree que el macramé nace en el siglo XIV, de mano de los tejedores árabes. Estos artesanos trabajaban el hilo sobrante y tejían las puntas de materiales hechos en telar dando forma a flequillos decorativos en toallas de baño, chales y velos. De hecho, la palabra española “macramé”, como muchas otras, deriva del idioma árabe: viene de “migramah” que puede significar “toalla a rayas” o “flequillo ornamental” o “velo bordado”. 

Tras la Conquista Morisca, este arte fue llevado a España, luego a Italia y después a lo largo de Europa. A finales del siglo XVIII llega a Inglaterra, a la corte de la Reina María Segunda. 

Los pescadores confeccionaban objetos de macramé durante su estancia en el mar, y una vez en tierra los vendían o negociaban trueques, lo que expandió su alcance a lugares más allá de Europa como China y las Américas. 

El macramé alcanza alta popularidad en la época Victoriana. La lectura “El libro del cordón de macramé” de 1882, que enseñaba cómo trabajarlo para trajes y ornamentos, se convirtió en un favorito. En consecuencia, muchas casas Victorianas adoptaron estos adornos, luciéndolos en manteles de mesa, cubrecamas y cortinas.

Con el paso del tiempo y la incorporación de nuevos estilos, tendencias y materiales en el mercado, la popularidad del macramé declinó hasta que recobró fuerza en la década de 1970. En esto influyó bastante el movimiento feminista, puesto que las artistas apostaban por diseños atrevidos, exagerados y desinhibidos en un contexto conservador y moralista. En esos años, cualquier cosa que te imaginaras la podías encontrar hecha de macramé.  

Esta tendencia nuevamente se debilita durante las próximas décadas; en los 1980s, 1990s y 2000s, el macramé decae con fuerza. 

No obstante, avanzados los 2010’s, nuestro querido arte otra vez comienza a hacerse espacio de la mano del boho moderno. La fuerte tendencia bohemia tanto en decoración, como en ropa, pone al macramé de vuelta en primera plana. 

Lo principal, sin embargo, es que el uso de macramé ha cobrado una nueva significancia -se le asocia con todo un modo de vida integral, relacionado con el crecimiento y armonía personal, desarrollo espiritual y la importancia del autocuidado. Así es como apreciamos el macramé en Casa Boho; más que un arte, representa un estilo de vida donde el sentido de bienestar, de desestresarse y de volver a lo esencial y rústico es fundamental. 

Ahora, te invito a reflexionar. ¿Qué significa para ti el macramé? 

Artículos relacionados

Ibiza: La isla hippie

La inspiración hippie en Casa Boho es innegable. Desde nuestros cojines hasta nuestros murales de